ESTADO INMÓVIL

ESTAMOS INQUIETÁNDONOS
porque nos duelen las rodillas
porque me sobra el asco
porque vomito cuando me nombro.
y cuando no
soy mujer membrana.
Las aves amortiguan
la caída de su carcasa
el ventanal agrio de sus ojos
el pico flácido y automático
y mi lengua fálica
mis dientes sucios y amargos.
El canto veloz de un gusano asmático me engordece.
Estoy revuelta
petrificándome con el frío estoy
inclinándome
incinerando cantos.
Disecando palabras escindidas.
Estamos inquietándonos
porque embalsamamos la tierra en nuestra áspera saliva.
Porque me agitan del agua los venenos estancados.
porque la distancia nos vuelve impacientes.
Porque soy torpe cuando pienso
y cuando no,
soy jueves.
Mi fango vientre, mi fango mano.
Mi trago de autobús lejano.
El huevo con un feto dentro.
El huevo con una filia de succionar.
Nos estamos temblando por dentro.
Nos estamos luces y agotadas,
porque el olvido se nos aparece en forma de sexo,
porque las tumbas aparecen de pronto.
Y lloro,
pero no te duelo.
Y me miras con rabia,
con recelo,
con el rabo del ojo y de perfil.
Pero estamos inquietos,
preocupados
por nuestro estado inmóvil.

DISLOCACIONES

A Hugo Plascencia

¿A QUÉ TE SABEN NUESTROS CUERPOS CUANDO NOS TOCAMOS?
Cuando mi espalda está
A mitad de tus gritos y tus manos.
¿A qué?
Te sabe
El desnudo gemido hablándote tartamuda
Pidiendo que me tomes de pronto.
Mis omóplatos de gaviota en tu escalera,
El oleaje seco de tu pelvis y mis huecos.
Todas las palabras agazapadas en mis iliacos.
¿A qué te sabe, amor, la soledad pidiéndote a besos?
Mi carne desalojada en tu carne.
Mi abandonado polo cubierto de ti.
La noche urgida que viene a llamarnos.
Mi ingle corriendo a tu boca.
¿A qué?
La tibia enredándose en tu cadera,
La cúpula
Ejercitando sus vocales en nosotros.
¿A qué te sé cuando lluevo sobre ti?

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