* Todas mis moléculas provienen del carbón estelar forjadas a cien millones de grados centígrados en una estrella Mi material genético, o sea mi Dios, nació en aguas radiactivas, lava hirviente y destellos aéreos Mis neuronas comen oxígeno que puede quemar instantáneamente los tejidos. Hay guerra en mi sangre, mercenarios y anticuerpos mueren matando miles de virus por minuto En mi estómago hay ácido clorhídrico Mis dientes muerden cientos de kilogramos por cm2 Estoy vivo Y con estos antecedentes ¿Quieres que me calme cuando te veo? Los hipotónicos Así como las células sufren su presión osmótica, los humanos adolecen su presión onírica. En un medio hipertónico de sueños sufren plasmólisis y olvido. Toda la materia se derrama y quedan secos, secos. Otros ni se enteran, hay un equilibrio mediocre en sus anhelos. Poco número de sueños, poca voluntad de sus sentidos. Son isotónicos. Dan lástima pero no sufren ni se alteran. Habemos singulares cenobitas. Somos hipotónicos. Tanto sueño en nuestro núcleo choca con la sociedad vacía y oscura. Y por una ley de difusión eterna nos hará explotar en astros de luces y universos. Rana aferrada a una estrella ¡Vaya frío tenía la rana! Escarcha y trino Buganvillas con branquias Nostalgia de ser ave Solita resbalaba en lirio Buscaba fantasmas de moscas Buscaba silencios de chispas Cansada de ser fango Cansada de tristear años Se despidió de su lirio, dejó atrás el hielo Y saltó sobre el árbol Del árbol al águila Del águila aprehendió la montaña De la montaña a la luna De la luna a la estrella Y allí se quedó Abrazada al calor Iluminada su sombra Feliz Enamorada Oda al elefante marino Se retuercen en las tardes de inopia gorda y braman produciendo maremotos ruedan por las rocas en el sueño lánguido días sin moverse, costales modorros con bigote ¿Qué sueñas bajo las moscas de sol que te acompañan y la sinfonía rompiente que te arrulla? ¿Qué amores de mole y diente te apasionan? Harem de grasa tierna y macho garañón de trompa y beso Pesadillas con dentina blanca y aletas triangulares Mambos mudos y jalea geológica en tu güeva Flojera mineral sublime Ojos derrite fierros Con tu rostro mojigato que provoca abrazos Nos enseñas la paciencia y la agresión celosa Que la vida es amar a muchas y engordar contento. Todo día acaba y es la hora del crepúsculo Hoy que te vas no identifiqué a cuatro aves que cruzaron por el cielo Volaban lejos. Las calles parecen desiertas luego amenazan y no anhelo más que verte por última vez. Las aves migran. Te lanzas a invierno en un mágico verano sacaste mi alma ahora mi cuerpo se seca. Nunca dos palabras en mí existieron ni partieron días ahora coordinan luces. Todo día acaba y es la hora del crepúsculo Tengo miedo de la noche, amada y es que hoy que te vas miro al cielo, al mar y la ciudad y todo se me hace nada. Ni pertenezco sin ti a este mundo. Ni seré ya el que fui en tus ojos. Beberé con todo mi organismo hoy todo tu organismo así te regalo mi destino. ¡Cuídalo! Vete en paz. Vuela, paraíso. Me dejaste una semilla. Es la noche. Esperaré el amanecer. Cuando al fin me abrace el sol o moriré nocturno con tu sombra, suavizando mi existencia. Zoología del Poeta Qué el poeta es animal no lo niega su genoma Que es genoma enamorado más que polvo Y es dinamo proteínico y alquímico Sus intrones han codificado sueños Pero no es inmune al virus de unos ojos femeninos Su memoria está en la sangre de los evos Del erizo heredó su coraza contra espumas Pero le hiere cada gota entre sus túneles acuosos Es trilobite encaramado en los volcanes Y anquilosaurio que perdió sus esmeraldas En el cretácico le cantó a los meteoritos Y ha comido más rencor condimentado con nostalgia Busca sus huevos extraviados y empuja con quelíceros de fuego Una pelota de excrementos amaestrados Aún recuerda el sol en su exoesqueleto negro Y entre sus branquias filtra el mundo para degustar la libertad Cuando se vuelve escualo cree que todo el mar es de sus lágrimas Cuando se vuelve iguana sabe echar clavados a la noche Ciego y torpe, su sonar le contradice Murciélago infinito o delfín que rasga el himen Carcharocles tímido ante la mirada de las orcas Ácaro dispuesto al paraíso entre las piernas A veces canta como los nematodos en cloaca Después de saberse hediondos fuera del nítido intestino A veces calla como las nauyacas sobrias Congeladas al saberse jugo, carne y maravilla Sabe de tristezas cefalópodas y atisba feromonas enclaustradas A veces muda, a veces masca y en ocasiones siempre es larva Le pica la perla entre sus valvas y mosquea Como efímera vive unas horas Como tortuga desespera los minutos Como poeta es ciervo, búfalo y proteo Funde sus alas, y tiembla cuando brilla el nematocisto Ruge, en la siringe evoluciona llantos Y se burla del trasero rosa, de tenazas cortas y de coágulos serenos Hiberna bajo cohetes Y despierta en los desiertos que lastiman astros Vomita miel de pronto y esclaviza hongos con fruición y frío Desova limpiamente en madrigueras sordas Y se enrosca saboreando el infinito A veces lo cazan con triviales balas, Intentan sojuzgarle con lancetas frígidas Las redes de ignorancia y fastidio le trasponen Y en zoológicos pequeños le detectan Con becas intentan amaestrarle Con besos falsos de musas decadentes Cortan sus alas y su lengua como afrodisíaco venden Fenotípicamente Se parece a un simio idiota (cómo los que plagan a la tierra) Pero acércate y verás entre costillas Un estruendo poderoso y pánico Una llama dulce y álgida que aún palpita Porque recuerda ser cósmico zooplancton Y ve más allá, con sus diez mil ojos de libélula Con sus córneas de ráfaga guanina Y su conciencia se despierta Esa es su maldición y su grandeza Ser un animal Sagrado y lúcido Principio de incertidumbre A todos los poetas de mi generación En plano n dimensional nos transformamos Antípoda notable Unos se invirtieron, otros reflejaron euforia pulidos puntos entroncados la distancia no existe sin el tiempo implotado en la consecución de lo invocado Lucifer lanzaba rayos esfera fragmentaba vacío Hechiceros dominantes de abstracción y número Nano y Mega tropeles Nubes proyectadas Enjambres. Aparentes grupos. Aparentes, pues el ego de cada molécula es pasión destello. Todo punto giró alrededor de la recta Perpendicular a los arcángeles A clamores y portales variaciones La estrategia era muy clara Se buscó rotar todo el sistema Estiramiento nebulosa buscando direcciones no explicadas Mas en el limbo y dirección de la batalla nunca lo entendimos Estamos bajo la influencia de factores Abusamos del lenguaje electropánico y a octogonales términos sumamos posiciones. Pero los arcángeles groseros no entendieron la belleza de una idea de una máxima poética en el ajedrez del cósmico concierto. Tal expresión no vale para todos cambiamos a Superescala pues nuestra variación bajó. Éramos cantores semifusos, no áridos teóricos abstractos No nos juzguen tan severo Lucifer a tiempo organizó falanges y evitamos el colapso contra la desviación. Ya multiplicados nos salimos de nosotros Pues entre nosotros la distancia es igual a cero. Envolvimos potestades y nuestro llanto congeló la serafina adarga. Huyeron cancelados Simplificados, convertidos en lustros de ceniza. La Victoria perfumada No somos sino proyecciones de recuerdos Flujos plásticos y soplo de energía Hubo un tiempo que creímos en el Ser. Como total pero mutable Y en eso reía la paradoja. Hoy No podemos ver la luz porque vamos a su velocidad.
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