El Faro de Oriente*

¿Qué parte del cielo o de la tierra contemplas
mientras nosotros somos tu oído y tu tacto?
Como barcas extraviadas te encontramos
en tu lecho terrestre y amoroso.
Ambares líquidos apenas entrevistos
envuelven ahora nuestros sueños.
Recobramos el oro de la vida
y te ofrecemos en silencio
los afanes de nuestro corazón.

*Fábrica de Artes y Oficios en Ixtapalapa, D.F., en el Oriente
de la Ciudad de México.


El innombrable

La sombra fue
siempre la sombra
el halo que tu imagen me dejaba.
Desterrado de mi paraíso
libre por fin de ti
de tus congéneres
emerge finalmente
tu verdadero rostro.

¡Cuánto afecto, mi Dios, desperdiciado!



Lope de Vega 510
Primera evocación

para Efraín Huerta


Repentinamente
el desierto edificio
barca mecida bajo el ámbar de la tarde
sin paredes frontales que resguarden los sueños
ni ventanas que celebren el nacimiento de los días
es apenas una luz, un parpadeo
un invisible reflejo en los espejos ausentes.

A pesar de todos los relojes
sagradamente habitan en ese paraíso conquistado
-detrás del ojo que no puede mirarte-
todos los fuegos de tu espíritu
encendidos en tus días terrenales
y el esplendor del agua viva de tus manos.

Estás en esos recintos interiores
que algún día fueron nuestros
en las voces y silencios evocados
junto a los breves espacios de la dicha
donde renacen ahora tus poemas
como soles antiguos en la estación del viento.


En el límite

a Luis Ignacio Helguera, in memoriam


Justo al borde
no hay regreso
se rompieron las reglas
no establecidas
cambio de juego
¿qué escucharon los silentes espejos?
¿acaso el grito
el último
o sólo simplemente el resbalarse
contra un muro de tezontle?
Esa sombra invadiendo paulatina
los espacios del cuerpo.
No existieron invocaciones o blasfemias
sólo un desasosiego invasor
que rompió la mañana
o la tarde de la desesperanza.

   
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