Mario Jaime
Advierto que seré entendido
sólo por una especie nueva, tal vez iluminada por intrones, quizá por un autista ciego. Un ángel rubio torbellino en luces o un demonio que triste llore su cadalso seco. Escribo para un mundo sin hombres. Renacido en flor y fruto de los mares que a ruinas se levante en hongos, insectos y poemas en cantos de cetáceos. Seré entendido sin ser leído por la brisa que pase sobre selvas y sonría al no encontrar jamás un ser humano. Ebrio de vida, mujeres y poesía Soy una cabaña flotadora (no flotante) Una cortina de semillas de Munguba Un pez azul en busca del reposo en el nenúfar Estoy borracho Tanta miel y oxígeno han embotado el cerebelo Tanto Shakespeare, Lorca y Byron en la copa Tanto río, arrecife, selva; ecosistemas inyectados ¡Quiero más! Vértigo insaciable Es tan hermoso no ser amado por las musas pero es más lindo tener cada noche una mujer distinta acurrucada, esfinge desnuda sobre el colchón segura del no daño y en su sueño vampirizarla con ternura y Mango Soy un borracho sempiterno en zigzag riego poemas pa ver si luna florece en palomillas blancas ¡Quiero más antojos! Tengo sed en la mirada, en sed, en sangre ¡Tabernero cósmico, otra ronda! Cocktail de Biosfera infinita con jugo de rubias y morenas, una librería en las rocas y ¡Salud! Que hermosa beodería Perdón por la última palabra…estoy borracho Ebrio de vida, mujeres y poesía * Tú que eres sacerdotisa del cosmos y planta diminuta, tú que eres maga por los encantamientos que conformas, tú que en estos tiempos donde la masa infecta del hombre se pasea negando la poesía, sin verla, la llevas en tu cuerpo y en tus ojos y regalas potestades e incendios oscuros con un movimiento de tu mano, tú que pudiste exprimir mis esperanzas y luego las impregnaste con azogue de sulfuro nebuloso, con tu olor a fruta bajo el sol de acuario, con tu alquimia seccionada de los búhos y las almendras, tú que me enseñaste el sabor de fresia y saltaste de los carpos a mis ojos, tú, siempre tu risa y tu tristeza, siempre tu cuello y tus ocasos, siempre, siempre, como una jinete desnuda que amenaza, aún después de muerta, en incendiar su amor en mi memoria. Tenía el aura oscura y sepulcros regados. Antes del Amazonas amaba Natura como se quiere un sueño, una utopía lejana; escondida más allá de la niebla lenta. Ahora amo a Natura con la pasión de la carne, espíritu iluminado del preso que consigue ver color. Antes del Amazonas mi cuerpo era cáscara frívola, me había olvidado de los niños y los seres. Ahora bebo luciérnagas con mis ojos y la sangre la encuentro tornasol. Fingía jolgorio sin confeti antes del Amazonas, después el amor se implantó y volé, pude hincharme de calor, la paciencia de los mangos y la sangrienta pasión envuelta en guaraná. Antes del Amazonas era un ciego Ahora miro el mundo con la piel. Manaus, 2003 ¿No has visto, político, una medusa de luz? ¿Te has sumergido, soldado, en un océano de besos? Quizá convendría mirar un instante hacia el sol. El ocaso de un ave fragante. Analizar, muy quedito, la telaraña fugaz. Entonces, político, renunciarías al gobierno. Entonces, soldado, arrojarías tu fusil. Mentira. El amor no es cuestión de Fe. El amor se siente, navega por las arterias a cañonazos de ácido y dulzura, se congrega en los genitales, los hincha, despliega, activa los poros, llama a las glándulas sudoríparas y toca zafarrancho, comprime los vasos sanguíneos, provoca mitosis desenfrenadas, bradicardias mortales, sinapsis sin juicio, secretando cócteles de efedrinas y burbuja acetilcolina, mata virus, recibe con beneplácito la música bacteriana, tensa las cuerdas de la lengua, metaboliza el ácido láctico, acalambra, busca el abrazo del cuerpo desnudo y ansiado, convoca batallones de conos para ver más colores, horada esponjosos tejidos estomacales, tumba, desgarra, vasodilata en la noche lunar, doblega, incita barriadas de enzimas, busca en los archivos genéticos, repasa y repasa historias, leyendas de faunos con alas, eyaculaciones jurásicas, suicidios celulares en masa, eriza folículos, sopla galernas de hormonas, amplifica la mitocondria, dializa, atribuye plaquetas, descuenta la savia olvidada, construye imágenes lobulares, pianísimo pulso, arroja la dermis, se burla de los papilomas, martillea caracoles, patina en las curvas eléctricas de la neocorteza, manda, impulsa, impera, batea protones, rompe labios, atrae manantiales de perfume y coquetea ternuras con el vomeronasal, templa la médula, congela, suspira, excita, rueda, añora la Muerte ,acepta la Vida. El ATP como una mayéutica para olvidar al zooplancton Ante todo la energía, el culmen de la mitocondria que vi y que plagó. Bucear entre espasmos de energía fragmentada Fichas le dicen, moneda, pero no es dinero, es fuerza pura De parangón infinitizado ¿Ah? Pero ¿cómo olvido las pirámides flotantes que una vez ampliaron el espectro de mil pieles? Y si esas pieles contactaron un espasmo de larvitas, concreciones de una bella intermitencia Y si esa intermitencia no acabó de sosegarnos ¿Por qué el sosiego viene del deseo colmado por una brutalidad no exenta de fragmentos? ¿Dónde la simplísima marcha de electrones que nos deriva para andar, para flotar, para ser? ¿La medusa que se impactó en mi memoria con su veneno crepuscular, también respira dentro de una cadena absurda de partículas serenas? ¿Nematocistos redentores? ¿Fugaces temperamentos tragados por mil especies que en un limo se desentienden de la muerte? La visión de millones execra mi opinión sobre el genio y amplia una bocaza nombrada Destino Avanzo entre tinieblas pues la química es reino sin fotóforos, no puedo oler tanta energía, pero se toca como un crepuscular encore de pasta y fuego. Olvidarte, masa verde y blanca de transparencias pegajosas, Olvidarte pues tu flotación me obsesiona como el tapiz de los hombres que flotan mesmerizados En el océano sangriento de una historia absurda que ellos mismos se han negado Ciegos, quetognatos que se devoran a besos Cimitarras en la boca doblegadas pero ciertas para la mutilación del músculo y el cielo Desovados por miles, al absurdo, a la nada, al desamparo horrible de un desierto concentrado Piélago de sombras, segundo a segundo sin pregonar jamás la certeza de un pecado o una salvación Desenfrenos lúbricos de espermas y óvulos confundidos en una gelatina hipermáfica Sin amor, persiguiendo un rastro de química excitante Y luego una bocaza y cientos tragados por la nada Reemplazados, glóbulos con luz grupal, todos iguales, todos en la estupidez flotante de la inopia Una y otra vez, repitiendo ciclos que no se logran cerrar Cefalópodas parlarvas gigantescas y rombos dementes que se entregan al frenesí involuntario para su deformidad Ni las estrellas de otros universos alcanzan a multiplicarse como esas rarezas que segundo a segundo llenan con infinita violencia las eras y los evos. Los supervivientes se decantarán en sésiles proyectos que hartan a las rocas Otros navegarán con más volumen en la ruta sorda de las olas Sin el parloteo, sin las palabras, sin que el tiempo signifique otra cosa más que una muerte Sin memoria y sin laureles Yo te viví zooplancton, en las raíces de mis miedos, en el veneno chapuzón al diente y cardo En el microscopio helado que muestra corazones que no fueron En las redes finas que te sesgan indiferentes a los maremotos presenciales Imagen prístina de nubes Alejandro es ese quetognato que devora a sus hermanos César un copépodo frotándose en la ambición sodomita de un escurra ¿Dónde el ángel o el demonio? Una cosecha ignara de mediocres o asesinos rotíferos que cambian sexo para adecuarse a las modas de un buen clima Así como todos los phyla conocidos flotan en zooplancto, así todos los humanos flotan en la historia El ladrón, la daifa, el prejuicio, el levantino, el pedófilo que reza por las noches En el espejo del cladócero eremita Los cadáveres y los caníbales Sopa amarga para atávicos cetáceos Así pasan mis amigos, enemigos, gente lerda y poderosa por el mundo El mundo no es un teatro, es una sopa de zooplancton Que se pierde, que se logra y se malogra Vaya mentira, el plancton es limpio, traslúcido, con ráfagas miméticas celestes El humano es un tufo de semen necrosado y agua sucia. Pero esa masa que pulula infecta, rasga un ámbito que pudo ser sagrado en otros lares Más lejanos, quizá de otras estirpes y genomas. Fractal Tú ves sin ver El mar como una mancha sin alma Pero el mar Es mar Y dentro de cada gota un mar Y sus enlaces covalentes son tormentas Y sus hidrógenos sonrientes son ballenas Y afuera de ese mar lo cubre un cielo con estrellas Que es la superficie de otro mar Donde navegan los cometas Y el fondo de ese mar es un átomo acendrado Y su fuerza de atracción es una gota y una brisa Que despeina diosas y las calma Y tú eres un mar Y tu pasión un tiburón enamorado Y tu sangre geostrófica corriente Que confunde el mar con amar y con amado El mar Todo es el mar Y el mar es todo Heisenberg enamorado Es invierno en Copenhagen los copos son fractales pero eso no lo sabe Werner sólo piensa que se derretirían en el sexo de la rubia tiene una cita con Bohr, no cree en las órbitas, los electrones no son astros pero la cabeza rubia es sol ¿Dónde está? No en la banca, Werner se desploma la erección lo pone alerta, carraspea, la rubia en la cama, la rubia en la tina suda frío la ve sobre la plancha de caoba, siente sus muslos de lava y calcula calcula calcula calcula su velocidad debe viajar a miles de orgasmos por segundo la corbata nerviosa, el incendio del pecho La nieve cubre palomas muertas ¿Dónde está? La ve en la tienda, bajo el frasco de argamasa la ve en el hielo, azules ojos de escarcha y muerte sabe dónde está y no está su tiempo y su espacio se le escapan los labios le susurran, sólo uno de ellos. Si pudiera calcular su velocidad al mismo tiempo que su posición tal vez sus labios de infierno se abrirían, tal vez su segunda boca le daría las gracias Oda al tiburón blanco Regalas maravilla con esencia trascendente Elegancia de nube cautelosa A tu paso el mar se vuelve adrenalina Y sonríes sabiéndote abrazado Por cardúmenes de pajes que te escoltan El silencio es tu virtud Conformas pesadillas de pinnípedos Salpicaduras blancas en heridas legendarias Lees la piel de tus hermanos Ahí separas los guerreros de doncellas Compartes sobresalto de otras luces Amores épicos de claspers transparentes Después de ti el océano canta Algunos cuchichean asombro, enamorados Del misterio que propagas Otros elegías, requiems por aquellos que tuvieron la desgracia De cruzarse en tu odisea Isla Guadalupe 2005
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Mario Jaime |
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