Agua inicial
Nadia Contreras
Para Guillermina
Cuevas y Víctor Manuel Cárdenas
En la complicidad poética con Jayme
Cuenta: sólo
somos dos, tú y yo, juntos.
T.S. Eliot
1
Es un desorden de fiesta la
casa.
Tú también te marchas,
Ahora duermes hasta que amanezca
Una a una ordeno las cosas:
La silla,
El cenicero,
La fotografía:
Cuánta luz hay en los
ojos,
Cuánta sombra
2
Cuando conociste el mar
Yo no estuve presente.
Tus ojos no vi crecer en olas,
Tu mano dibujar
La tarde más limpia.
Diez años después
viene el agua
Hasta tocarnos,
El rumor milenario de los barcos.
Porque hay barcos que zarpan
Y nadie más los ve regresar.
Este es el mar:
3
Para qué nacer -me pregunto.
Uno deja de ser niño y eso basta.
Asombro no hay ante el pájaro
Y la flor.
Al murmullo del árbol
Lo suple el silencio.
Piedra soy en este día
Que comienza.
Una piedra que puede amar a
veces
Y siente la dicha crecer dentro de su cuerpo,
Como una luz.
4
Una niña toca a tu puerta.
Tú no lo sabes pero está ahí.
Una niña que desde lejos
Te descubre
Universo para sus ojos.
Una niña feliz con tu nombre
Que no le cabe en los labios.
5
El amor a dónde nos lleva:
Hacia qué mares, qué ríos.
Los que amamos
Hemos perdido la cordura.
Ayer soñé el agua
Turbulenta de una playa;
Que partía en dos mi brazo derecho.
Soy la que piensa a través
De tus manos,
La que contempla la vida pasar
Ante tus ojos
Una voz lejana es el amor
O la soledad
Bajo la flor oculta del llanto.
6
Ella vino a tocarme la frente.
La que aparece y desaparece
Y no me atrevo
A preguntar su nombre.
Mi madre tuvo miedo
Y cerró la puerta.
Veinte semanas después
Me encontraron:
El cabello largo, las uñas.
¿Cuántas preguntas
hacer
Para entender el acertijo?
En cambio te acercas,
Escucho tu respiración,
Palpo con manos temblorosas
Tus límites
Como si el pasado
No hubiese existido.
7
Llévate mis dolores a
otra parte,
Las palabras que escribo desde el llanto.
Si dios existe por qué
no me dio
Tus manos
O la libertad de pájaro que eres.
Sencillamente quiero descansar.
Lavarme la cara del pasado
Como quien despierta
Y se sabe lejos del campo de batalla. |