8
Dos años después
el pasado ya no existe.
Sólo a veces cuando el mar de la calma,
Agita sus aguas.
Ahora que las cosas toman un
orden
Y es la casa el lugar en el que tú y yo vivimos,
Pongo mi cabeza sobre tu pecho.
Cómo puede caber en ti
tanto amor.
A mí vienes con los brazos abiertos
Sin dolor y angustia.
Has construido el mundo,
La línea exacta del horizonte al alcance
De mis manos.
Llegas a la hora precisa del
desencanto,
Con tus vuelos.
He visto en ti crecer la mañana
Y el niño que eres
Cuando juegas entre las estrellas.
Qué nunca el cansancio
Sobre tus hombros.
Qué la tristeza pase de largo ante ti,
Igual la muerte.
Yo te prometo la vida a plenitud
En los hijos que vendrán mañana.
9
La mujer del adiós más
prolongado
La mujer-hombre
La sin ojos
La sin piel
Es una contigo
Cuando son las seis y quince
De la tarde
Y no vendrá la lluvia.
10
Uno es nadie a veces.
Uno es aquel solitario, descompuesto.
Yo crecí mujer en el
amor.
Amé su sombra y mi sombra,
Su voz,
También las mejillas.
La dicha entonces estuvo de
mi lado.
Pero nada fue tan cierto
Como el llanto en el último día.
Y voy así:
De un lado a otro,
De un cuerpo a otros labios.
El amor ya nada tiene qué
ver.
Es sólo el deseo y punto
Aunque por dentro queme la cicatriz.
11
El libro del pasado abro,
La memoria en que existes azul,
Como el vuelo de los pájaros.
Hoy que Olga Lucía se
marcha
Quiero platicar contigo:
Tú no lo sabes.
A treinta mil pies de altura lastima más hondo
La tristeza,
Hoy que por ti amanecí rejuvenecida.
De nombres me canso,
De no ser la misma que llora y sale a la calle, Estrella
O Perséfone.
Por vigésima segunda
ocasión me ganó el coraje,
El odio.
¿Qué debo hacer para que me quieras?
Frágil es el amor
Y la infancia.
Soy yo la que cambia de piel
Y mira llegar un avión desde el otro mar
De la angustia.
Cada vez abrir de mí
una puerta es más doloroso.
Un tiro en la cabeza es buena idea
O una nueva mujer
Para sentirme exquisita por un instante.
¿Por qué hoy no
me puedo morir?
Quizá mañana cuando despierte, te diga:
"Amanece".
12
Es triste envejecer a la puerta
De una casa ajena,
Sin la mirada en otros ojos.
Envejecer
Sin el recuerdo de una ciudad
Bajo la lluvia.
En mis manos la línea
del amor
No es tan profunda.
Pero lo más triste aún
Es tener detrás la vida
Sin ninguna infancia.
13
A pesar de sus sesenta y cuatro
años
La miro ser una contigo
Como la primera vez
El jardín era un buen presagio
Sólo tú sabes
que hace un tiempo
Sus huesos se han vuelto pequeños
Que ya no puede caminar
¿Recuerdas?
La calle era más larga
Ella dice portal
Y sabe que vivir
No ha sido una condena
Que su primera mujer Olga Lucía
La que llegó de Bogotá
A la ciudad del mundo más grande
Pasó de largo como un rumor ficticio
Su sonrisa no ha cambiado lo
sabes
Mientras le señalas un lugar que no conozco
Cuántos años son
después pregunto
Tú que dijiste no vivir más allá
De los treinta
Tal vez ella aún recuerda
tus ojos mirándola
Y la palabra fatalidad cuando despierta
Y sabe que nada es cierto. |