Al margen César Espino
se cubren con las hojas de las plantas me sacan la vuelta salen a la calle de incógnitas de peluca y con anteojos es probable que ni siquiera hablen el mismo idioma a lo mejor me deben un libro o un café son trabajadoras ilegales cruzaron de manera subrepticia la frontera de papel las hay obreras y aristócratas y yo, ¿soy acaso el aduanero? ¿el vigilante? aún así se me esconden debieron olvidar sus ropajes en la guardería y están desnudas son siempre jóvenes acabadas de ensamblar en la línea de fotomontaje temen que una mano gigantesca las levante temen que sea el silencio mismo el que intente subirlas por la fuerza a su coche y se esconden en las azoteas de los que disparan en las alcantarillas de los que se joden su fusionan con el ambiente ante el andar penetrante de mis ojos se vuelven trasparentes España se escribe con sangre España no te evapores sé siempre tú aunque los barcos se alejen de tus ritos olvida la publicidad en la radio mézclate España con tus colonias con tus serventesios sé siempre usted siempre vos aunque os quieran quitar la identificación a la pasada aunque intenten trastocar tus múltiples lenguas con palabrotas en inglés quédate en la sangre en las oquedades tortuosas de la sangre en el lomo peludo de la historia a sostener el extremo continente a distender el océano de los ojos a desplegar el suave asfalto de los sueños con tu vientre nada oh pez nada oh pez en la superficie transparente de la lengua besa oh pez y muerde apasionado una palabra curricán pensamiento cuesta de noche tira de ella oh pez con suerte reventarás el nylon de la espora lucha por lo que te pertenece el alimento de tu estómago el aire líquido y sus branquias de hielo traga los trozos de letras sangrantes que los hombres arrojan por la fosa traga la carnada viva de los nombres los brazos y las piernas que alborotan chapalea poderoso pez en la trasnochada superficie de la lengua sumérgete en el significado de las bocas y salta entre las membranas papilares las olas palatales las corrientes sublinguares y las rosas asisto a mi funeral como doliente visto como nunca- de negro asisto a mi funeral como doliente la mafia nos ha bañado de negras rosas rezo y bebo café por decoro dormir yo nunca duermo sigo como siempre el movimiento de la gente ¿será verdad? he muerto yo mismo me cuesta trabajo creerlo al cargar el ataúd de papel leo y releo las instrucciones en la piedra no puede ser estaba tan roído tan manido tan hueso de dios asisto a mi funeral como testigo como compadre de la misma suerte como pedazo de escombro en el desastre cuidado cuidado porque la música esa chica en minifalda puede en determinado momento caerse al agujero y romperse u olvidarse como muchos artículos que se pierden sin querer lentes llaves como rostros que se olvidan nombres qué coraje la destreza no encuentra el camino hacia los dedos no imbrica un caracol en el oído en el pecho se seca en el sexo se arde en nuestro plato hondo al comer se desfigura como sumergida en el ácido de los recuerdos dañinos y uno llega a pensar ya no me gusta en realidad me he agotado por eso es bueno cultivarla en humus fresco y en composta volver siempre a sus brazos de sirena hermosa apartarla del cráter del oscuro y del hambriento cuidado! porque puede gastarse como una ballena verde en la escuela del descuento perderse como se pierde uno en un centro comercial o en la feria del libro traspapelarse entre los diagramas de las invenciones correrse con el viento teñido de alfileres y volverse sin dudar evanescencia sirvamos de barrera protectora extendamos una red con propiedad cuidado! que no vaya a desplomarse… se especie se encuentra en peligro de extinción la horma siega la mies cae el grano en la orla de las banderas pone el pan al alcance del pueblo pone el horno a la puerta del mundo entrecruza los brazos los puños el gesto en las películas rompe martillo del absurdo de manera progresiva lo que puede lo que se nos escapa del territorio cercado de las manos hunde el clavo en el glande moldea el también calzado de cuero del cuerpo la intrincada oquedad que nos es dado habitar extendiéndonos tú la inventaste, Betty Boop las herramientas me hablan al oído y obtienen de los núcleos municiones de algodón cuando esa chica me guiña escucho a Cab Calloway orinando en la azotea del vecino hay firmamentos para esterilizar de un rodillazo perpetuo hay horizontes para doblar en nudo ciego la minifalda de concreto sirena los goznes de otras teamo maquilas de otros estertores omnívoros quédate en casa resplandor incierto easy rider del deseo por cada pérdida dolosa por cada tragedia irrepensable para cada llanto que claudica sin avispar tú la inventaste, Betty Boop mas no la registraste doblada en un cajón de la alameda recién planchada en el cuento del blues ardiendo en la perilla de un habano o haciendo un strip de la misa en el café el comercio puede irse gruyendo a la basura de las brujas pero tú la inventaste de un corte de sangría en la comisura de los labios del champagne oriental que viene flotando en el Sena de un perrito a traernos al Pierrot en un falsete a traernos al Pierrot be bop a lula |
CÉSAR ESPINO BARROS (Tepic, Nayarit, n. 1959) Egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara de la licenciatura en letras Ha publicado en la revista tepicense Pastizal, el boek861, boletín electrónico de poesía visual, el fanzine electrónico ignorArte. |
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