Iridio
Iridio
a Carmen Villoro
A veces
de la muerte
de la lobreguez
desde lo más profundo de las criptas
los recuerdos más tajantes
en su sentencia inaplazable
florece la hermosura
- aleación suntuosa -
y germina una flora cautivante
un rayo de lluvia que atraviesa la luz.
Y la vida otra vez
me sabe a copa de iridio.
Las preguntas de Dios Padre
[...]
Salir, es vivir;
entrar, es morir
[...]
Lao Tse
Una que otra vez me pregunto
qué le contestaste a Dios Padre,
cómo preparar el lumínico duelo
la separación entre alma y materia
si no sabías de antemano
cuáles serían las preguntas.
¿Cómo rehabilitar tus visajes
si a veces cuesta cien poleas
deslindar del bien el mal?
¿Qué pájaro serás tú allá
suspendida
en los labios entreabiertos
de la Séptima Dimensión
si desconoces qué alas,
desplegadas entre Este y Oeste,
algún día se han de abrir?
Me comen las dudas el tuétano,
el ojo incerrable,
pero tu muerte me encontró
en el sitio más sagrado.
¿Qué mística vasija te moldeó
en respuesta?
Y llevas aún atavíos de la infancia,
la mísera e indefensa niña.
¿En qué caminos brotó el estío
cuando tu fuego se volvió innombrable?
Una que otra vez me pregunto
en el destino inaplazable
de tus rutas azarosas
qué le fuiste a contestar
al sobredorado fuero de Dios Padre.
Golondrinas
Palomar de golondrinas irrevocables,
hipnótica unicidad alada.
Tú pusiste en mis labios la inefable pregunta:
¿Qué te anunció cuando llegaste parpadeante
ante su lejana blancura?
Horda maléfica, ojos de tantas pupilas:
todo se tuvo que desvanecer,
como una noche tan exigua
que ningún planeta
en su bóveda cupiera.
Acendrar la tierra firme
Alguna vez,
cuando la luz viajó por las densidades
no pobladas del silencio,
cuando el rayo de la paloma que vaga
se posó sobre el hombro invisible
que te sostenía,
lograste ver el juglar de otro reloj,
el ámbar de otro espacio,
el recuerdo de tu vida.
Entonces
en el preciso momento en que la espada
partió los dorados vislumbres
como si veinte mil estrellas
fueran a coincidir sobre ti,
entendiste el tenue soplo
de aquello que no tuvo nombre.
No pudiste sino verlo
estallado a lo lejos
en otras riberas.
Sólo te quedó acendrar la tierra firme,
reordenar tus signos
y renunciar al vivo celaje.
Las puertas del mundo
A Dios perteneces
desde que se te cerraron
las puertas del mundo.
Y cuando llegaste ante Él
tal vez le dirías lo siguiente:
Perdóname,
no estaba en mi juicio.
El llovido viaje
Quisiera tocar
el llovido viaje
como un tercer ojo
desolado.
Lo que toca la ostra
herméticamente sellada
que congrega desencuentros.
Se acercó la muerte
...a cuyo lado ni el Destino
pudo entrometer
ni un solo dedo tuyo...
César Vallejo
Se acercó la muerte
y la acarició
como al árbol el viento de una pradera.
Ella no sabía
que era inevitable.
Por eso la convidó y juntas comieron
las uvas y el pan ázimo
de su mesa de infortunio.
Se acercó la muerte
y la recostó en la eslora de un ataúd
para medir su tamaño
y ensayar su mortalidad.
Ella no sabía que la otra era alevosa.
Por eso se dejó acostar
en el féretro predilecto
sin sospechar
que cerrarían la tapa.
Contrahaz
Gaviota de azulina vastedad
llevaste tu vida
por un río que se deslizó
cumpliendo
con su marítimo destino.
Salmón extraviado,
no quisiste regresar
al lugar de partida
sino a un mar
de extemporáneos peces.
Agnus Dei
Quizá
el agnus dei
es oración de cosas desconocidas
irreconocibles
el talismán
de la vida gnóstica
y su hermosura alada.
Pero a mí me basta
el ágata
el espacio agnóstico
de la tierra nuestra.
Sopa y bastillas
¿Qué le habrás dicho a la Muerte
cuando llegó?
¿Qué le habrás dicho
asomada a esa ventana
que tú sola habías colocado
en el muro más alto?
Espera, que aún canto.
Espera, que a la bastilla
le faltan diez puntadas
e hilo tan lentamente.
Espera que le ponga sal a la sopa.
¿Qué le dijiste
cuando faltaba apenas
un grano de arena?
Ida sin vuelta
Te viniste a alojar
en el nido de mi garganta
con la aspereza de las espinas.
La vida,
como ábaco,
cuenta los días en hileras rectas
sin posibilidad de regreso.
Y la herida tuya
mueve las lentejuelas del ábaco
y lo ordena todo,
alternando pacientemente
felicidades y desgracias.
Receta para morir
Trae
aparte de lirios y azucenas
abundante llanto
y desconsolada nostalgia.
Vierte los espacios
antaño ocupados por tu presencia
y vuélcalos en lo etéreo.
No traigas contigo
el veneno de ponzoñosos rencores
que desvanecen
de los astros lo violeta.
Limpia
tu corazón de antiguas llamaradas
acaecidos apremios
jamás resueltos
que el ardor de la muerte empaca
en la valija del más allá.
Deja el dolor
para los mortales.
Ellos se dedicarán a encarnarlo.
Busca ante todo,
la última blancura esplendorosa
de la paz.
Deja atrás lo inconfesable
en el regazo del confesionario.
Y vete
con el corazón en llamas
grabado en la losa.
De amores y perdón
sea tu epitafio.
Olvidada
a Claude Herdhuin
Bajo la pólvora de los tiempos,
fui a la vez
ceniza y olvidada,
una sepultura.
Ningún haz luminoso
supo alumbrarme.
Fui accidental
fruto coralino de lindero oceánico
aleación indeseable
entre claro y oscuro.
Madre de varios silencios
Lloro cuando el sol se mete
porque te sustrae a mi vista.
René Char
Dónde se habrán ido
tu cántico de ruiseñor
y el mudra de la Virgen María
cuando quedaste insepulta
en la tumba ensortijada del cuerpo.
Varios silencios
nos habrán hecho inseparables,
buscando ambas la luz al tanteo.
¿Estarás todavía trenzada
al péndulo que marca las horas del dolor
como fantasmas acordes?
Más que cómo
quiero saber dónde estás
desde el rumoroso arribo.
Dónde estás, tañe mi voz
por los vientos cardinales
de las islas que no recorrimos.
¿Cuál sería tu palabra?
Habla -
Pero no separes el no del sí.
Paul Celan
¿Cuál sería tu palabra
si sólo te dejaran decir una?
¿"Cerrojo"
para encerrar en tu presidio
las cosas que perdiste?
¿"Reloj"
para restituir
el tiempo que nos faltó?
¿"Ventana"
para asomarte a la luz del universo
que nos toca al mismo tiempo
a pesar de tan severa distancia?
No. Dirás "espejo"
para llevarte contigo
la última imagen.
Las riberas cobrizas
Me quedé tan pequeña
sin alma en los tiempos tuyos
que abordaron el viaje sin fin
de las riberas cobrizas.
Es la mano huérfana la que me duele,
no el recordarte
después de haberte perdido.
Vereda oscura
Hizo falta la muerte
para dejar ambas de ser forasteras
en nuestro desolado espacio.
¿Pero yo, qué sé de la muerte?
¿En qué senda te busco
si me ciega su oscuro sendero
de pena tragada por dentro?
¿Bajo qué rosal,
en las manchas de qué olmo,
jacaranda o encino
arrojadas al suelo
por el fugitivo solar de mediodía
- los nombres de las plantas,
a tu altura, ya no significan nada -
dónde, pues, dejar mi cuerpo en espera
e irrumpir contigo,
hacer que mi alma sospeche la tuya?
¿En qué paraje
dejo lo que ahora amo
sin arriesgar perderlo todo?
¿Qué haría si al dejar la casa amada
y volver de mi peregrinación
a las tinieblas contigo
la llave no abriera la puerta?
No sé cómo efectuar,
ay, pájaro de vela rota,
la alquimia que me pides.
Mi mundo es de imágenes
y el tuyo de clarividencia.
Somos hechas de distinta materia:
yo de cantera y tú de viento.
Mejor me quedo aquí. |
Françoise Roy
( Québec, Canadá 1959)
Licenciada en Geografía por la Universidad
de Florida, y Diplomada en Estudios Hispánicos por la
misma universidad, ha sido aprobada por la Sociedad de traductores
de Québec de la Université de Montréal como
traductora certificada y obtuvo el Premio Nacional de Traducción
Literaria en Poesía en 1997 otorgado por el INBA, México.
Entre sus traducciones literarias se encuentran
:
ADIS SORIANO: COLOR, VIDA Y EMOCIÓN/COLOUR,
LIFE AND EMOTION 1997
"RIMBAUD HASTA PERDERSE DE VISTA"
(ensayo)
en Arthur Rimbaud: poesía selecta/cartas 1999
COLOR Y FORMA, SABOR Y AROMA
Fernando Del Paso 1998
LA CIUDAD CON OJOS DE INVIERNO
Mantis Editores, 1999
LA HORA DE LA FUGA UNAM 1999
NOEUD A TROIS VENTS
Editorial Ecrits des Forges 1999
EL RECITAL DE LOS ANGELES
Editorial Aldus 1999
EL LIBRO DE LA HOSPITALIDAD
Editorial Aldus, 2000
LES CHIFFRES DU FEU Mantis
Editores; 2000 coedición con Ecrits des Forges
La Volonté de Dieu
Mantis Editores; 2001 coedición con Ecrits des Forges
Ha Publicado :
NIEBLAS DEL ESTIO
Editorial Conexión Gráfica, 1998
Iridio
editorial el cálamo 2002
A flor de labios
Universidad Michoacana de Sn. Nicolas de Hidalgo 2002 |