12
Resucitar es fácil:
se palpa el aire
se inventa ser de la forma gozosa
que proponen los cuentos
se llenan los pulmones de abstinencia
se expele la memoria
se codician los giros de las aves.
Pónganlo en práctica
junto al régimen de verdura y amor
mis dulces muertos.
13
Para el final, siempre para el final
las despedidas
las cuentas del rosario
lo que sobra y el postre:
la dulzura.
Envejezco
con un enorme flan en la cabeza.
Hablo de eternidades de alfajor.
Preferible el almíbar
al vinagre.
Y de los libros
el último capítulo.
14
Es impune.
Por las calles la llevo y nadie nota
su aplicación tenaz de corroerme.
Azúcar vivo
respóndeme: ¿y aquellos?
los de ir contigo a cuestas al ingenio
con la sentencia que por ti propagaron
¿volverán?
Mira cómo tu furia cavó sus cabelleras.
A ti te hablo.
15
Es la historia
será
la mañana de alguno haciendo guardia.
Tu disfraz
el exacto:
una jeringa en medio de la noche
un trozo de papel
el riesgo incompatible con el juego:
ganar, perder.
Fue martes o deshaucio
hubo mar en los tactos y en las bocas
fue muerte y no.
Alguien dijo:
estuve complicado.
La historia tuya y mía
la que voy a contarme si me acuerdo.
16
Porque caemos
era cierto el vacío
certero el arlequín
las espirales
porque el rodar aísla, acobarda
era verdad:
abajo
sólo caminanmueren las hormigas
porque al hacer rehiletes en la hora
de acomodar el cielo en los horarios
se claudica.
Era sorda la tarde
en la vuelta palabra.
17
Hoy pude despertar
vestirme en los atisbos del invierno
hurgar las horas antes:
un músculo en huída
los dedos encorvados
una grieta en la voz.
Hoy regreso la aguja a remendar el hueso
me busco en el destino que obstruyó mi almanaque
Hoy me amo más
despierta
sin lodo en las rodillas
más en mí
sin las dos.
18
Tal vez ahí la hiel
apretó el nudo ciego de olfatearme en vigilia
aún en la invención:
Patricia está diabética.
No.
¿Qué le digo al que detrás de mí
previene:
no se deje al alcance de la marca
donde otoño es la piel
agua sin tiempo?
Y este modo de abrir
que a veces es la noche.
19
No me arrepiento del gajo de naranja.
Estas manos levantaron la cáscara
del fondo de las cosas.
Escurrió de mis labios
lo sobrante.
Suma sin resta soy
del rosticero
del pan y del cuchillo.
No me arrepiento
abono.
Estamos al corriente
yo y mis clavos.
20
Llega un día
en que el cuerpo, si duele, es evidencia.
Se pone a Dios en la mitad del aire.
A cada rato un gracias
cada mañana como inaugural.
Todo es lámpara y agua
árbol, manzana y flor
y mil rostros sonríen por debajo del rostro.
A eso se le llama
ocupar el lugar que corresponde
estar presente cuando se pasa lista
(o como dicen los argentinos:
echar pa'lante.)
21
De pronto tengo sed
no basta el agua dentro.
Tanta resequedad al paso
entre azúcar y hormona.
En cualquier río claudico
del grano saco lodo.
Es una sed sobrante
la que me retrocede
hasta el mar de mi madre.
No, más allá.
22
Cuando desaparezca mi holograma en mis libros nadie encuentre
mi trazo
y coincidan mi ausencia y mis recordatorios
sería bueno
abrir todas las puertas
para que entre sin mácula el olvido.
Pero me iré absoluta.
Nada de amputaciones
nada de hacer la entrega a pausas.
Seré una ausencia entera. |